Un ataque ruso con misiles sobre Odessa, en el sur de Ucrania, dejó este viernes al menos 14 muertos y 46 heridos, según informaron las autoridades locales.
Un primer misil impactó contra una vivienda y, cuando los equipos de emergencia llegaron al lugar, cayó un segundo misil. Entre los fallecidos hay un paramédico y un rescatista.
El ataque se produjo mientras los rusos votan unas elecciones presidenciales que casi con toda seguridad prolongarán el gobierno de Vladimir Putin otros seis años después de que aplastara la disidencia y mientras la guerra en Ucrania se extiende a su tercer año.
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Al menos 10 casas de Odessa y algunos equipos de los servicios de emergencia resultaron dañados en el ataque, que provocó un incendio, según el Servicio de Emergencias de Ucrania y el gobernador regional, Oleh Kiper.
La táctica de disparar un segundo misil en el mismo lugar, con el objetivo de alcanzar a los equipos de rescate, se conoce en términos militares como doble impacto. Estos ataques suelen alcanzar a civiles.
Kiper anunció que el sábado se celebrará un día de luto en Odessa, la segunda conmemoración de este tipo en menos de dos semanas.
El 2 de marzo, un avión no tripulado ruso atacó un edificio de varias plantas y mató a 12 personas, entre ellas cinco niños.
Desde el verano boreal pasado, Rusia ha intensificado sus ataques contra Odessa, ciudad portuaria del sur del país con una población cercana al millón de habitantes.
Los ataques se han dirigido principalmente contra las infraestructuras portuarias, con el objetivo de interrumpir la exportación de mercancías después de que Ucrania consiguiera restablecer la navegación marítima con una serie de exitosas operaciones en el mar Negro.
Las autoridades moscovitas también han afirmado que apuntan a las instalaciones donde se almacenan los drones marítimos ucranianos para atacar a la flota rusa del mar Negro.